“O te subes al carro o te pasa por encima” La tecnología y los mayores de 65 años.

¿Te imaginas levantarte un día y que los coches vuelen, las interfaces de voz hayan destronado a las pantallas y un robot haga todos tus recados por ti?

Esa visión se parece mucho a lo que nuestros mayores han vivido estos últimos 20 años. Desde la aparición de teléfonos móviles pesados como ladrillos hasta decir “Ok Google, pon música” mientras cocinamos ha habido un salto tecnológico enorme que los mayores de 70 años han vivido sin preparación alguna.

Los nativos tecnológicos, como se denomina a aquellos que han crecido en la era digital, no han parado de recibir estímulos y educación en este ámbito. ¿Pero qué hay de esas personas que fueron a la Universidad con lápiz y papel para las que el correo era su principal medio de comunicación?

Juan González tiene 76 años, natural de Azagra reside en Zaragoza desde la infancia. A lo largo de los años ha sido comercial en diferentes sectores, nos comenta cómo ha cambiado todo.

–      Antes era todo mucho más personal, tenías que conseguir clientes en la calle, de conocidos etc. Concertabas una cita y enseñabas un catálogo en papel, nada de tablets.  – Se sonríe mientras lo dice.

–     Vender era más complicado, no sólo tenías que darle un buen precio, sino también caerle bien al cliente, que se sintiera especial. – Afirma.

Reflexionando sobre el tema, la compra actualmente es de todo menos personal. En la gran mayoría de las tiendas físicas el trato con el púbico es prácticamente inexistente y en los e-commerce no existe.

Juan tiene Whatsapp, conoce Facebook y otras redes sociales pero no le interesan. Él y su mujer son grandes amantes del cine y también han tenido que adaptarse para disfrutar de uno de sus hobbies.

 –      Ahora compro las localidades para el cine desde el ordenador porque salen más baratas y así nos aseguramos. El primer día me costó bastante pero ahora que ya conozco la web y cómo ejecutar la compra no tengo problema. Luego con enseñar el email que te llega es suficiente.-

Nos cuenta que el cambio ha sido enorme; han pasado de hablar por carta de novios mientras vivían separados a poder llamar en cualquier momento y en cualquier lugar. Una gran ventaja de este tiempo, no digamos ya hacer videollamadas.

–      Cuando mi nieta mayor estudió fuera de España hacíamos videollamadas con ella para vernos de vez en cuando. La verdad no las manejamos mucho pero algo es algo.-

La familia ha sido un factor importante en esta transición para ellos, pero sobretodo las ganas de no quedarse atrás.

 –      Los nietos y las hijas nos ayudan con el ordenador y también con el móvil. Sobretodo a instalar cosas y así…Lo más importante es querer aprender, o te subes al carro o te pasa por encima.-

Pero ¿qué hay de los mayores que o no pueden o no quieren subirse a este carro que parece no frenar nunca? Actividades cotidianas de su vida se ven afectadas de manera drástica.

Un ejemplo; sacar o ingresar dinero en el banco. Desde hace ya unos meses, la cantidad mínima para poder sacar dinero en ventanilla asciende a 600 euros, obligando a nuestros mayores a enfrentarse a cajeros automáticos de difícil comprensión para ellos.

¿Qué hay del trato al público? ¿De cuidar a los ciudadanos? Cosas tan sencillas para las nuevas generaciones como una tarjeta de crédito, un número pin y una pantalla táctil pueden ser una barrera muy difícil de superar.

–      El mundo ha cambiado, y lo ha hecho a una velocidad asombrosa, dejando nuestra educación obsoleta.– Dice Juan desde su despacho.

El verdadero reto llega ahora, ¿seguirá cambiando el mundo a esta velocidad? ¿Seremos lo bastante humanos dentro de esta vorágine tecnológica de ayudar a aquellos que se queden atrás?.

Lucía Sánchez González

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Fuente: Juan González Velasco (Entrevistad0)

Información | Cinco Días

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