SALUD MENTAL EN ESTUDIANTES

La salud mental en los estudiantes: un problema al alza

Si el mundo pre pandémico en el que vivíamos ya era caótico, la nueva realidad que estamos viviendo es, desde luego, un nuevo reto para todos. Todos estamos todavía adaptándonos a este nuevo ritmo, pero ya podemos observar cómo los efectos de la COVID-19 han provocado que todos nos hayamos dado cuenta de la relevancia de nuestra salud mental.

En este post nos vamos a centrar en cómo se ha visto afectada la salud mental de los estudiantes, un hecho que ha influido tanto en escolares como universitarios.

Como bien nos indica el informe sobre Salud Mental en la Infancia realizado por el Instituto de la Mente Infantil (Child Mind Institute), el confinamiento, su consecuente absentismo escolar y la incertidumbre sobre el futuro académico han afectado negativamente sobre nuestro estado psicológico, tanto que los datos muestran como los menores están alcanzando niveles de ansiedad o depresión propios de un adulto.

No solo esta organización se ha pronunciado ya que también lo han hecho los docentes que están en primera línea y que observan los daños colaterales de la pandemia en sus alumnos. La dificultad para aprender o la ansiedad generada por volver a las clases presenciales son unos de los principales síntomas que han notado en nosotros los estudiantes.

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Por otro lado, han declarado la falta de medios que presentan los centros educativos en cuanto al seguimiento de la salud mental del alumno se refiere. La falta de preparación para abordar esto nos debería hacer reflexionar a todos sobre lo que nos habría ayudado en nuestra infancia y adolescencia una persona que nos hubiera orientado y aconsejado a lidiar con nosotros mismos, nuestro entorno y nuestras emociones.

No hay más que ver las notas de un estudiante que ha decidido poner su salud mental por delante y observar como las calificaciones bajan estrepitosamente dejando al descubierto la falta de preparación que tiene el sistema educativo para poder mitigar los efectos de los problemas personales que pueden tener sus alumnos en sus expedientes.

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Sin ir más lejos, esto me ha sucedido a mí y puedo contar cómo nunca he tenido contacto con ningún orientador en el colegio o el instituto, nada parecido a un psicólogo. Algo que me habría sido de gran ayuda, especialmente, en la época de exámenes de bachillerato cuando la presión nos dice que nuestro futuro “dependerá” del resultado de una lista de exámenes que hagamos un día en concreto.

Como es comprensible, lo que más nos preocupa a los estudiantes es “no estar a la altura” o “quedarnos atrás”. De ahí proviene esa presión que cargamos a nuestra espalda y que nos genera síntomas como la falta de concentración, la ansiedad social y/o la ansiedad generalizada.

Con este post quiero recordar la importancia de cuidar nuestra salud mental con la misma importancia que la salud física. Nos encontramos en una época donde todo son estímulos y todo funciona a un ritmo frenético, el cual se nos exige seguir sin tener las herramientas necesarias para lidiar con ello.

Fuente: Infocop

 Andrea Gonzalvo, alumna del MeBA

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